El antes del GP Ruso:
Una Fórmula Uno aún en shock por el grave accidente de Jules Bianchi, atónita, impactada. El volante franco italiano aún en estado grave y FIA concede una rueda de prensa que deja a muchos muy molestos, con muchas preguntas. Valga decir, que aún la «investigación» del organismo no se ha concretado. Mientras, Ecclestone realmente estaba centrado en lo que el importaba: Que los aviones saliesen de Japón y llegaran a buen término a Rusia. Su buena fortuna le sonríe pues así ocurre.
Sochi se descubre. Estructuras imponentes, todo meticulosamente realizado, luminoso, moderno. El mar y la montaña le anteceden. Fanáticos muy blancos, efusivos, acuden masivamente. Después se sabrá si como en China un porcentaje muy importante tienen prebendas para asistir y fortificar la imagen del paraíso perfecto.
Mientras tanto, el paddock hierve en medio de la tristeza que impone la condición de Jules. Según, Alonso no ha firmado con nadie. Vettel llega mudo, silente, circunspecto. No va a decir nada mas. Marussia duda entre subir a Alexander Rossí y finalmente opta no correr con el auto de Bianchi. Medidas que pueden tener un contexto económico de fondo.
Pirelli inquieta, calma su ansiedad el sábado. Los compuestos son los indicados. Los pilotos giran curvas en 90°, la carrera larga de GP2 es excitante y se presume que debería ser como tal la de Formula Uno.
Durante el GP Ruso:
La sesión de calificación transcurre sin contratiempos. Todos se preparan a rodar un Stint «Muy largo» . Bottas no parece tener en cuenta momentos después de la calificación que tuvo en la mano la posición de cuerda. Hamilton se muestra a gusto luego de un viernes en donde la inquietud le rondaba. Esa ansiedad que se apodera de los pilotos cuando la muerte o la tragedia revolotea cerca pero que no es admitida para evitar cambiar la percepción de fortaleza que les es debida.
La reunión de FIA no deja a nadie satisfecho. Whiting habla de «soluciones» e increpa con sutileza a Bianchi probando errores del volante de Marussia en la adecuación a velocidad baja según régimen de banderas. El muy «atareado» delegado de funciones prefiere esperar y es flanqueado por el «Invitado de honor» que es Jean Todt. El francés prefiere el silencio, la parsimonia, la cara de drama que confundía a muchos cuando celebrabra con Schumacher sus victorias. Y es que tras el papelón de afirmar que «Schumi» podría llevar una vida «Normal» pronto, es mejor callar.
Motores y cajas hacen aguas: Hulkenberg, Maldonado, Massa sufren los rigores de penalizaciones.
El suelo se engoma, aparece la confianza. Las sesiones de categorías «Menores» ayudan a los Fórmula Uno, tan sensibles a los suelos sin engomado, carentes de tracción.
El día del GP una hermosa acción de los pilotos enmarca el deseo energético en positivo de que Bianchi se recupere. Sin embargo, nadie desliza una palabra en favor de Andrea De Césaris. Es mucho en poco tiempo.
Se larga el GP. Rosberg al principio parece que se conformará con la segunda casilla pero acto reflejo, succiona a Lewis e intenta un adelantamiento imposible que finaliza con el salto de la curva 1 y el llamado seco a devolver la casilla a Lewis. Sus neumáticos se han destrozado. Hamilton maneja todo con frialdad. Nico se marcha a boxes apenas en la primera vuelta. Hace una remontada estupenda que no cambia las cosas: Perdió la oportunidad de al menos estar mas cerca de Hamilton.
La carrera es una cansona procesión. Apenas Grosjean y Sutil medio rozan con sanción para el volante de Lotus. Se lucen en remontadas Massa, Hulkenberg y Rosberg. Gana Hamilton con absoluta comodidad. Cierra el podio Bottas que intercambió vueltas rápidas pero jamás representó un problema serio para los Mercedes. McLaren renace a espaldas del podio, Ferrari se hunde en la intención de buscar a Williams. Force India sufre un duro revés.
En los giros finales aparece Putín en cámara. Ecclestone no le suelta. Bernie se muestra tan ameno y mas que en otros tiempos lo hacía con el Rey de España. En las tribunas saldan cuentas. Al término del Gran Premio, Mercedes se corona pero la celebración se contiene en pos de la preocupación por Bianchi. Hamilton ¿Incómodo o casualmente ignoró a Putín por alguna razón? El propio jerarca totalitario entrega el premio al mejor. Ironías de la vida, llegó en Mercedes y Mercedes se titula. Atrás quedaron los rencores de guerras con muchas pérdidas.
Rosberg termina «felíz» pero realmente derrotado. Hamilton se crece. La mirada es a Abu Dhabi. Alonso asegura que no irá a ningún equipo con motor Mercedes. Una de tres: Seguir en Ferrari, migran a McLaren o irse de la Fórmula Uno.