El día sábado y tras la calificación, un hecho notable en quienes disfrutan las perlas que ofrece el lenguaje corporal emergió: Pese a la destacada pole -tercera en fila- de Vettel quién parecía seguro de una victoria al día siguiente era Hamilton. Y aunque Sebastián estaba exultante, el inglés era destacado por la confianza que tenía ¿Porqué?
Porque su racionalidad y madurez le permitía medir opciones no solo de cara al Gran Premio en Azerbaiyan sino mirando al calendario.
Un día después, Hamilton es en efecto el ganador e incluso líder del mundial cuando apenas ha ganado su primera carrera. Como siempre, Baku ha sido un escenario de colisiones, autos de seguridad, pinchazos, sobrepasos y todo tipo de incidentes propios de un trazado que encontró lo que necesita realmente un circuito de la era moderna: Combinar lo medieval y urbano de un trazado callejero con vértigo y velocidad a tope.
Raikkonen heredó la rocambolesca apuesta de Vettel a poco del final, no midiendo las consecuencias de una osada apuesta en la curva uno que terminó abriendo opciones al resto. Ese resto encabezado por el mexicano Sergio «Checo» Pérez que trajo desde la catacumba a Force India que este fin de semana emergió con fuerza en lo que parece una corrección notable de las prestaciones en el errático VJM11 y que hará sumar al plantel indio en la zona media que lideró durante 2017. Por su parte, Sergio demostró su habilidad para gestionar gomas y mantener frialdad en el caos. Esto, porque Ocón (Que es su némesis) muy temprano había desperciado opciones al eliminarse en una colisión con justamente Raikkonen.
Si Kimi pudo recuperarse de ese roce con el francés, lo de Alonso que regresó apenas al inicio con dos gomas pinchadas, remando desde el mero fondo para finalizar séptimo, habla muy a las claras de que no existen distancias ni posiciones imposibles en cada carrera de este magnífico trazado.
De la zona media, Vettel se ha inmiscuido allí tras liderar casi el 80% de la competencia, doloroso pero no peor de lo ocurrido a Bottas que encaminado a la victoria tras el desastre en Red Bull, perdió totalmente una victoria segura a causa de un pinchazo. Los desperdicios fueron una constante influyente durante toda la carrera.
Mencionamos el desastre Red Bull: Destinados a una botija de puntos no despreciable, el 4to y 5to lugar se han diluido cuando Ricciardo embistió a Verstappen. Un costosísimo incidente de carrera en donde ambos perdieron la moderación necesaria y en el que la nobleza libertaria del equipo permitió que durante toda la competencia los volantes energéticos se retaran una y otra vez. En todo caso, es para ponerse a pensar: Cuatro salidas a pista, cuatro incidentes para Verstappen cuyos límites están salpicados de ansiedad y poco autocontrol. No olvidemos el beso al muro el viernes del holandés.
Siguiendo en la zona media, vemos entonces las luces que han acompañado a Carlos Sainz que ha contrapuesto al sorprendente error de uno de los «racionales» y mejor reputados volantes de la zona media: Su compañero Hulkenberg. Combativo pero bien ponderado, el madrileño se batió incluso con su antigua referencia -Verstappen- demostrando sangre fría y buen ritmo además de consistencia.
Y entonces aparece el francés Charles Leclerc que justifica de manera clara en el cuarto desafío del año su gran fama precedente como protegido Ferrari. Finalizar sexto y con lo que es la máquina menos aventajada del pelotón, significa mucho para una gacela jóven que recorrió el Baku todo el fin de semana con prudencia y también decisión.
Nos quedan entonces Stroll, Vandoorne y Hartley cerrando el damero de puntos. El canadiense se prueba cómodo en Baku en donde hizo podio el año pasado. Durante todo el Gran Premio -Y con un monoplaza que pelea los últimos lugares de rendimiento- se ha movido en la zona de puntos o cercano a ella. Mientras, el belga se ha aprovechado de las circunstancias para emerger desde el fondo y heredar opciones que no ha desperdiciado. Finalmente, el neocelandés ha conseguido un punto consolador por recorrer con sapiencia las incidencias del trazado. Visualmente, su compañero pareció mas arriesgado y capáz aunque mas atrás. Y él incidente con Magnussen le ha demostrado a Gasly que la locura también transita en las calles de la Fórmula Uno y no solo en categorías emergentes.
Y así, merece la pena recordarse como Grosjean desperdició -Otra testa caliente- una posición segura en los puntos al desconcentrarse tras el auto de seguridad y perder el auto. Quizo él creer que Ericsson fue el culpable de tamaño desaguisado.
Baku, pone en balanza la importancia de meter en agua fría las hormonas. Ganas carreras -Y campeonatos- en la Fórmula Uno moderna tomando decisiones importantes en el momento justo. Quizás, esta carrera sea recordada en Noviembre por lo que muchos pudieron lograr y no hicieron.
F1Blogprix: La otra visión. 