Archivo mensual: noviembre 2017

Una Fórmula uno sin Ferrari

 

La historia tiene precedentes. Pese a que perdiendo aún tienen voz, voto, veto y mucho pero mucho dinero ingresando a sus arcas, Ferrari siempre ha estado atenta a los cambios que se gesten en las entrañas de la relación FOM-FIA. En un estado «armónico» se pueden conseguir prebendas pasivas como lo fuera el liderazgo de la década del 2000 con Michael Schumacher al mando y un «dream team» en plena sinergia con la Federación. Pero desde ese entonces -Y es ya mucho tiempo- la gestión Di Montezemolo perdió su brújula y se quejó hasta el hastío desde cuestiones técnicas -Por ejemplo argumentaban que la aerodinámica era lo dominante y que ellos eran especialistas en motores grandes y poderosos- hasta cuestiones de reglamento. Dijeron, que cuando se migró de los V10 a los V8 se quería perjudicarles. También lo propio cuando de los V8 a los V6. Hoy día predomina el motor como el principal desafío para constructores y equipo pero… No siguen conformes. Y siguen fallando en ganar.

Y cuando la inconformidad alcanza límites elevados y la creatividad para liderar y gestionar cambios no aparecen entonces aparece la amenaza. Ocurrió desde Don Enzo, pasó por el mentado Luca y se cierne ahora mas oscura en la gestión de Marchionne. Al actual mandamás de Maranello habría que tomarlo en el contexto mas puro de un gerente muy avezado de producción, expansión y finanzas de un emporio que involucra intereses automotores e industriales muy grandes. Su éxito no se discute. Pero este hombre no es de competición, ni de los mundos actuales de liderazgo. Uno puede adivinar que las plataformas B2B le son ajenas. Él sabe del valor de marca inmenso que tiene bajo su poder y -otra vez- amenaza a la Fórmula Uno, ahora en el contexto de una nueva dirigencia que ha pasado de la negociación hostíl e industrial de la era Enzo-Luca-Ecclestone al emporio de Liberty Media y sus intenciones aún difíciles de comprender. El nerviosismo permite que el León viejo amenace. Pero es león al fin.

No es solo un tema de Ferrari, involucra y también altera el sistema nervioso de Mercedes y Renault en línea directa. Pero ¿Porqué temen tanto?

El problema matriz radica en la enorme disparidad del poder de recursos entre los constructores con equipo propio que no solamente pagan y se dan el vuelto fabricando autos y motores, sino que además desarrollan sus planes de ventas costosas de propulsores que solo ellos pueden desarrollar. O bien, con la chequera a lo largo de la parrilla, colocando a sus pupilos y sus condiciones oprobiosas como lo hace Totto Wolff con Mercedes ¿No es cierto?

Y este es el gran desafío de Liberty Media al que temen los gigantes: O respalda una Fórmula Uno como lo es hoy día, anómala, desequilibrada, carente de oportunidades para todo aquel que no sea un emporio automotor o de otra actividad grandilocuente como Red Bull, o se decanta por asumir tibiezas de acuerdos que mantenga el estilo primitivo del mal llamado «acuerdo de la concordia» que coincidirá con la propuesta de nuevos propulsores contenidos en costes y simplificados en sus prestaciones lo que signifcará una teórica revuelta en los equipos de la zona media intimidando a los grandes ya mencionados.

Marchionne, tras los primeros esbozos ha hecho una amenaza clara y ante la consulta sobre si le gustaría ser recordado como el primer jefe de Ferrari que la excluya de la Fórmula Uno, no se intimidó en afirmar que si ello implica un ahorro de $1millardo que reinvertiría en otros espacios, no le importaría.

Algunos desestiman la amenaza. Pero mas allá que sea real o no, será harto interesante saber si la dirección norteamericana de la Fórmula Uno actual, esta dispuesta a dar un gran paso con enormes riesgos. Hay opciones. La primera es que en sinergia con FIA -Que es un socio indeseado pero socio al fin- maniobre para equilibrar el campeonato, generando una expansión de protagonistas y de resultados pero al tiempo un cisma enorme liderado por Ferrari. La otra, es que bajo artilugios técnicos, intente compactar la grilla pero manteniendo la supremacía de los constructores con su poder de decisión y sus ingresos inmaculados e intocables.

Queda entonces la pregunta que la Fórmula Uno se ha hecho por décadas en el caso, que la gestión de Liberty Media alcance estándares enorme de cambios ¿Puede la Fórmula Uno sobrevivir sin Ferrari? Proporcionalmente, no existe una comparación posible cuando comparas con otros deportes. La liga española perdería mucho interés sin Real Madrid o Barcelona, la MLB sin los Yankees, la premier inglesa sin Manchester United. Pero usted apostaría que sobrevivirían sin tanta complejidad. Pero en Fórmula Uno las marcas de valor tienen una diferencia enorme, casi desquiciante respecto a Maranello. Ferrari dentro y fuera de la Fórmula Uno es la marca mas emblemática del mundo empresarial representando valores inigualables de historia, marca e identidad conectadas e indivisibles. Su liderazgo hace que en cada circuito, 1 de cada 3 asistentes vista de rojo en el autódromo de turno. Y ello se replica en TV y especialmente en los grandes mercados que Liberty Media no querrá perturbar incluyendo a EUA. Ni Mercedes ni Red Bull o McLaren calzan los platinos protagónicos que generan los caballos de Maranello.

El problema es cuando puedes abusar de tu poder y enfrentarte a la transformación de un espectáculo en pro del beneficio para todos. No se sabe cual es el plan de Liberty, si es una pobre charada de unos amateurs que tras dar buenos pasos en cuestiones mediáticas y de cercanía a su público sin discriminaciones tiene intenciones como si se trata de un ambicioso desafío para que la Fórmula Uno genera la emoción del encendido de la televisión porque existe la opción de que quién largó en séptima casilla tenga oportunidad real de ganar o de que en el último Gran Premio del Calendario exista opción para 5 pilotos y 3 o 4 equipos en titularse.

Revisemos: Aparte de los constructores mencionados al principio, tenemos a Red Bull que es un caso especial de una osada e innovadora filosofía que dispone de recursos, agallas, gente preparada y tenaz y que es autosuficiente (pero dependiente de un motor constructor sabiendose que tienen planes agresivos al respecto) tras ellos, aparecen los históricos pero ya no exitosos McLaren (que padece los rigores de una transformación de liderazgo con consecuencias aun en desarrollo y una autosuficiencia que no planta aún reto a los antes mencionados) y Williams que parece condenado a dar tumbos en la zona media. El resto, son equipos de algunos excéntricos empresarios llenos de buenas ganas y oficios (Force India y Haas) y los «Off Sider» como Sauber condenados a transformarse una y otra vez antes de ser engullidos o desaparecer definitivamente.

Quizás, el mejor rumbo, sea aquella Fórmula Uno de principios de década pasada con BMW, Toyota y Honda sumados a los protagonistas habituales y con garantías de una participación redituable. Así, es como se espera convencer al grupo VW y sus marcas. O bien «democratizar» socialmente a la grilla actual para crear un grupo compacto pero para ello necesitas castigar a los mas grandes con presupuestos limitados y estandarizaciones de la tecnología (Justamente, lo que genera la condición de amenaza en Ferrari) y desde la óptica de sus directivas ¿Porqué tendrían que aceptarlo?

No es un asunto de poder vivir con o sin Ferrari. Idem, Mercedes o Renault e incluso Honda. Es un tópico sobre lo que se desea a largo plazo. Liberty Media tiene la difícil tarea de mantener a Ferrari satisfecha pese a su arrogante y abusiva estampa de poder y exigencia o correr el riesgo de un bajón enorme para que ellos materialicen su amenaza y se retiren a cambio de un espectáculo simple, innovador, moderno pero comprensible y trepidante en emociones y oportunidades.

Yo tengo mi elección ¿Y usted?

 

 

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Lewis Hamilton: Él campeón

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Tras tener que digerir que en 2016 fuese derrotado por su compañero de equipo, Lewis emergió aún mas fuerte de la experiencia. Su psiquis y la de quienes le rodean sabían bien que no había sido derrotado por un rival superior sino por un contexto de circunstancias que conspiraron en su contra. Todo el mundillo de la Fórmula Uno reconoció en Rosberg la titánica tarea de cómo poner contra las cuerdas a Hamilton. Pero bastó con su renuncia en el límite del desahucio mental para confirmar que esa batalla jamás fue una guerra. Hamilton regresó mas fuerte y sí, mas afortunado para 2017.

La tuvo complicada mientras Ferrari y Sebastián Vettel estuvieron en su gran forma. Pero desde la debacle de Singapur, Hamilton elevó y mantuvo un nivel impresionante. Ello y pese a escollos como los Red Bull que con Verstappen influyeron de manera decisiva. Allí quedaron los latigazos en Malasia o México pero a fin de cuentas, también sirvieron para demostrar que de cada cicatriz, Hamilton sacaba una coraza cada vez mas llena de madurez y valentía. Supo como no caer en tentaciones o como ser inflexible como en Austin cuando impuso su jerarquía.

Y ya se prepara para el advenimiento. No espera un auto superior al de sus rivales, quiere divertirse con un «rueda a rueda» permanente. Le excita lo que ocurrió en Baku, también en la primera curva de México, incluso la afrenta en Malasia. Sí, no es tonto como para saborear la derrota pero es tan fuerte mentalmente y tan enamorado de su «trabajo» que cada vez será mas difícil vencerle.

Y quizás muy dentro de sí, su mejor momento fue recibir el casco réplica de la familia Senna al pulverizar el recor de poles de su ídolo. Hamilton es un genuino campeón de estos tiempos y poca duda cabrá en su capacidad de ir por el record de Fangio, Divo, excelso, excéntrico, veloz, feroz competidor pero siempre en el límite preciso de lo correcto, se merecerá algo más.

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