Mercedes AMG se ha titulado campeón de constructores varios GPs antes del final de temporada. Esta situación correspondió a los todopoderosos de Red Bull hasta hace poco y un tiempo no tan lejano atrás a Ferrari.
Es una mágnifica noticia para la Fórmula Uno que los germanos hayan alcanzado su histórico primer lauro como equipo. En los meros inicios propulsaron el auto de luminarias como Fangio pero no fue suficiente. Mercedes desde mediados de los 90 esperó pacientemente dominar la categoría aliado a McLaren. A finales de dicha década parecía que llegaría el momento pero fue efímero. Realmente, Ferrari consiguió justo lo que buscaban los teutones y arrasaron con la mayor parte de la década del 2000.
Fue tiempo suficiente para que Mercedes -Que además debió ver como Renault, BMW, Toyota- le amenazaron e incluso consiguieron su botín, mención especial el plantel francés.
Renault, justamente, migró a una estratégia poco comprensible en 2006: Dejar de tener equipo propio (Le tomó tres años negociar con Genii-Lotus) para convertirse en un suplidor diverso. Le salió muy bien porque consiguió justamente a Red Bull en su etapa de ingreso y reformación de lo que había sido el fiasco de Jaguar-Ford. Con mucho capital, dirección técnica acertada y un enfoque poderoso, Red Bull rompería la hegemonía de dominio de competidores tradicionales -Williams, McLaren, Renault, Ferrari- para imponer su ley.
Tanto a Red Bull como a Mercedes AMG les tomó un tiempo similar en acoplar, transformar, aceitar y conseguir el «Teamwork» que consigue victorias: 5 años en promedio (Recordemos que BRAWN GP fue un inciso) y justamente ese inciso fue el plantel que los germanos comprarían. No por creer que todo estaría hecho con esa operación sino que la base era muy buena. Y así fue.
Mercedes ha contado con apellidos aquilatados: La herencia de Ross Brawn, Lauda, Schumacher, Lowe. Dinero repartido en accionistas trabajadores y pretenciosos -Totto Wolff- e incluso tomó decisiones difíciles como marginar a Norbert Haug. Afortunadamente comprendieron que el asunto era de persistencia y resistencia desde hace mucho tiempo, algo que por ejemplo sus enemigos en autos de serie -BMW, Toyota- no quisieron ver.
La «clave» sin embargo no es un «teamwork» innovador como Red Bull. La clave es complementar todo con una astuta dedicación a los propulsores V6 construidos integramente en casa mientras los últimos V8 de 2,4lts daban sus alientos finales. No se si realmente lo percibieron o fue un manual de ética de trabajo pero mientras, Renault -Que sabe mucho de motores innovadores y capaces- entregaba su hálito para que Red Bull permaneciera en la cúspide, sorteando cosas como difusores soplados, mapas motor y acusaciones de fraudulencia. Esto, me parece clave.
Los ensayos pretemporada 2013-2014 fueron históricos por la migración a estos autos con energía híbrida, silenciosos, eficientes y complicados. Y todo el mundo vio el enorme desfase entre Renault versus sus oponentes que usaban Ferrari y especialmente Mercedes, la obvia referencia.
Lo demás, es cuento inmediato vivido. Se dice que el W05 es una obra de arte. Yo discrepo, es cierto, un auto hermoso, fluido, con estampa de ganador pero cruje en circuitos complejos, donde se frena y arranca, donde el chásis marca diferencia. Allí Red Bull ha ganado con un volante apenas familiarizado -Ricciardo-.
La diferencia es el poder del V6 integramente. Un propulsor maravilloso, elástico, potente, superior al resto. El de Ferrari no debe estar lejos en prestaciones pero es lo contrario a Red Bull: No tiene chásis, falla en aerodinámica.
Esto no significa que Mercedes será fácilmente capturable porque solo sus rivales realicen un V6 igual o mejor a futuro. Hay un tratado de «No tocado» de motor que ahora mismo se ha convertido en una súplica para que Mercedes acceda pues ¿Porqué habría que hacerlo? El argumento desde Red Bull es que es un cuestión de supervivencia y -Gulp- Ferrari le acompaña por aquello de que la tecnología y cambio a los V6 fue tan radical que solo Mercedes entendió el asunto a fondo, el resto no.
Al margen de que finalmente y presionado por incluso FOM (Ecclestone no es especialmente feliz con el dominio de Red Bull o Mercedes cuando todo indica que las audiencias van en apagado masivo) Mercedes acceda a la apertura de sus propulsores, no es de sorprender que la dominancia continúe. Mercedes no tiene que angustiarse demasiado por Honda con McLaren porque debería tomar su tiempo, Ferrari esta en pleno huracán de transformación y Red Bull las tiene oscuras con sus cambios internos y la deficiencia de Renault. Sin embargo, deben ser los naturales rivales para esta pulida marca de tres estrellas que fabrica autos de serie fantásticos bien sean para transportar a su perro con estilo a la peluquería o bien para sentirse Maylander con el auto de seguridad de la marca.
Me alegra el éxito de Mercedes porque refresca a la Fórmula Uno. Me alegra porque junto a a Red Bull ponen en un compromiso muy fuerte a McLaren y Ferrari que van a transformarse hasta quedar irreconocibles. Son a fin de cuenta buenas noticias. Lo lamentable para ellos es que con lo ocurrido con Bianchi, con las caídas de audiencias, los muchos y desacertados cambios de la F1 han minado lo que debería ser un gran acontecimiento.
Nada es perfecto.
Y les dejo el SLS que estuvo 15 minutos bajo mis manos y pies. Inolvidable.