Sí, con su cuerpo y alma bendecidos por el apellido, por la mirada escrutadora de Helmut Marko y por los genes de su agresivo padre, Max Verstappen se ha echado encima de que el Gran Premio de Mónaco no haya sido una procesión mas, un mero formalismo de frivolidades y como no, rica historia. La victoria de Nico Rosberg le convierte en un falso mito moderno y es justamente la antítesis de su rival Lewis Hamilton.
Si le tocó a Rosberg incidir en la pole y victoria del 2014 con su relativa argucia en la calificación, hoy ha sido simplemente bendecido con la audacia de Verstappen que como ninguno, estaba determinado a remontar casillas. Max, impresionó en la libre matinal del jueves escoltando a Hamilton. En adelante, pudo quejarse de su largada pero no se detuvo por ello: Fue a buscar mejores posiciones y nuevamente, un error de pit stop le detuvo innecesariamente mas de 30 segundos.
Nuevamente, el holandés aprovechó un chasis y motor bien puesto a punto y comenzó la remontada. Quedó colgado detrás de Romain Grosjean con su Lotus E23. El negro y oro tenía menos rendimiento que el Toro Rosso pero el suizofrancés hacía lo correcto: Cuidar las aristas, sacar espacios de frenada irregulares y acelerar al salir del túnel para evitar el impresionante encimamiento del púber de Toro Rosso.
Pues bien, a escasas 7 vueltas para el final, la osadía de Verstappen le fue llevando a mas allá: Ensayó un adelantamiento en Santa Devota pero Grosjean pareció devolver con un tardío frenado su defensa. Max tocó al Lotus por su trasera y se estrelló a gran velocidad contra las contenciones acolchadas que hicieron un magnífico trabajo mientras el Toro Rosso quedaba destrozado y el piloto emergía ileso del cockpit. Obvio, mas tarde, perdería 5 casillas camino a Canadá y anotaba 2 puntos menos en su Superlicencia. Bah, diría Maldonado comparativamente hablando.
El auto de seguridad primero virtual y luego presencial, causó entonces lo impensado: Un absurdo y costoso error de Mercedes que detuvo innecesariamente al líder consolidado -Lewis Hamilton- otorgando a Sebastián Vettel y Nico Rosberg un protagonismo inesperado. El alemán entonces tomó el control del GP, mientras Hamilton intentó en las vueltas finales llenar los espejos del alemán de Ferrari. Fue inútil por supuesto: Rosberg ganó cómodamente cuando llegaba a perder hasta por 15 segundos ante un Hamilton que quería interrumpir la gesta del «vecino de Mónaco»
Lewis no ocultó su decepción: Hizo de todo para no llegar o llegar tarde a la celebración, fue monosílabo, dejo la champaña a un lado y declaró con hastío aunque con rectitud ante Martin Brundle. Lauda y Wolff mientras, se preparaban. Incluso ganando, la Fórmula Uno puede ser increíblemente cruel y difícil.
Pues así son las cosas. A nadie importó que por ejemplo, Button consiguiera los primeros puntos para McLaren o que Ricciardo se ganará un espectacular 4to lugar. Max Verstappen fue el real protagonista de todo.