La Fórmula Uno como cualquier deporte, tiene su propia «jerga» en vocablos. Estos son especialmente difíciles de comprender cuando se habla de técnica asociada a los autos. Pero hay otros que vale la pena abrir a los mas jóvenes o bien a los que la ven de reojo, con regularidad mas no absoluto seguimiento. Un ejemplo de esto sería la definición de lo que es un equipo «Tope» y un piloto de la misma condición. Puede parecer «obvio» y hasta innecesario pero lo importante de esta definición es que ha cambiado en función del tiempo. Así, el piloto «Top» de los 80, 70 y 60 tenía características ligadas a su talento innato asociadas a otras cualidades como el saber influir en su auto para extraer del mismo diferencias excepcionales por conocimientos y transmisión de los mismos de manera asertiva al equipo.
¿Qué es en principio un piloto «Top» hoy día? Pues en mi criterio es aquel que sí, tiene una velocidad innata inusual que vale parte de su estrafalario salario. Esa velocidad condensada en el sustantivo «talento» sin embargo no deberá ser una velocidad atroz, a veces exacerbada, y hasta temeraria. Los tiempos en donde el piloto con un arrojo excepcional ponía en riesgo su vida superando los límites no son bien vistos hoy día. Se trata de un talento innato que indica que dicha velocidad será consistente, adecuada, persistente, en distintos circuitos y bajo condiciones diversas (Trazados urbanos o planos, modernos o antiguos, bajo lluvia torrencial o húmedo normal, en seco con calor exacerbado o promedio). Ese es el tipo de velocidad convertida en un talento macizo que los grandes equipos -Los topes- buscan, que indiquen que en un 80% del año, el volante podrá sacar el partido de sus dotes sin titubeos. Y eso se traduce en puntos y los puntos en campeonatos si el material y otras condiciones son notables.
El piloto «Top» recibe pues un salario a veces ligado a patrocinios personales que se extienden a la caja chica del equipo justificado en que representa un ahorro para las plantillas de ingenieros de tantos segundos por vuelta. Si eres 0,5seg – 1seg por vuelta consistente mas rápido que un piloto «promedio» habrás sacado en teoría, 5 o 10 segundos en 10 vueltas de carreras en un «Stint» -Una eternidad en Fórmula Uno-
El piloto «Top» ya tiene como mínimo un campeonato del mundo. Los campeonatos son una clara señal de que el volante pudo mas allá de que su máquina haya sido superior a la del resto, guiar a esa máquina y al equipo a un nivel de rendimiento sostenido, frecuente, consistente, elevado. Un ejemplo de esto podría ser Fernando Alonso en 2005 y 2006, también Lewis Hamilton en 2007, incluso Kimi Raikkonen en 2008. Son volantes «topes» pero ¿Podríamos incluir a Button en la lista? Jenson ganó en 2009 con un Brawn que tenía una diferencia anómala por un vacío de reglamento. Había llegado a correr casi de gratis ese año que parecía previamente su despedida. Y enigmáticamente la suerte la sonrió y no desperdició su oportunidad. ¿Es un piloto «tope»? Discutible. Mas adelante, McLaren, que nunca estuvo muy interesada en sus servicios, lo asumió como tal pero hoy día se prepara a prescindir de sus servicios por varias razones, entre ellas, porque no lo percibe como un «Top Driver» acorde a los disputados tiempos con precoces talentos de primer nivel.
Pilotos de años recientes que como Button, habrían alcanzado un título con una máquina exacerbadamente superior (Y sin un compañero de equipo superior) fueron entre otros Jarno Trulli, David Coulthard, Giancarlo Fisichella, Rubens Barrichello y el mas reciente y fidedigno ejemplo: Mark Webber. Muchas veces un piloto «promedio» de elevado nivel pues convertirse en un piloto «Top» y el ejemplo que me viene a la mente de manera inmediata es Mika Hakkinen que tras varios años de tener una «buena» reputación, creció a la altura necesaria para proveer a McLaren de dos sendos títulos en seguidilla (1998-99). Y ahora mismo me parece que tenemos un ejemplo en ciernes: Nico Rosberg. El germano -Por cierto de sangre finlandesa como Mika- lucha de tu a tu con un estimado piloto tope como Lewis Hamilton. Nico, ha crecido, se ha desarrollado de acuerdo a las circunstancias y podría quedar a partir de 2015 sellado con la impronta de piloto tope.
Los volantes topes desde mediados de los 90 hasta hoy día, tienen cualidades singulares. Forman parte de un equipo de trabajo al que retribuyen cualidades de «gerentes» sobre ruedas, controlan detalles técnicos minuciosamente, se integran a estrategias y data técnica con rigurosidad, gastan mucho tiempo en preparación física y mental, y se involucran en preparaciones con los neumáticos, sistemas de control, con particular dedicación. Desde la era «Post» Senna donde el brasilero era el vivo ejemplo de un «Tope» de talento exacerbado por encima de la máquina, pasamos al volante que también talentoso, tenía que incluir en su currículo mas cualidades «extra» pista. Allí, encajó perfectamente Michael Schumacher y mas recientemente Sebastián Vettel. Pese al año titubeante del volante de Red Bull, participar en los últimos 4 años en unas 80 carreras para ganar 39 dentro del marco de 65 podios lo coloca como un «prodigio» y esa estirpe le hace supremamente valorado aún cuando Ricciardo se convierta ahora mismo en un escollo notable y le domine en el tablero de puntos. La reputación y juventud de Vettel le permite soportar desafíos como estos porque además, es posible que un cierto «cansancio» sea comprensible en su cambiante vida de hombre casado y de un monoplaza distinto a cómo aprendió a conducir y conseguir éxitos.
¿Y que hay de los equipos? En términos prácticos lo primero que un equipo debe disponer para ser considerado como «Tope» es de recursos. Los recursos serían definidos de manera sencilla como «dinero» pero la cosa va mas allá. Varios analistas consideran por ejemplo que Red Bull aún no es un equipo «Tope» ¿Sorprendente, no? Aunque los austriacos hayan dado una sonora bofetada a actores tradicionales como Ferrari y McLaren en los últimos años, hay cuestiones que se ponen en perspectiva para establecer la definición. Lo primero, es que se consideran muy dependientes de una gestión técnica eventual como la de Adrián Newey. Lo otro que su factoría de Milton Keynes aun carece de avances e infraestructura como el caso de Ferrari en Maranello y la mas elaborada con los complejos de Woking-Paragon que ostenta McLaren. Un equipo «Tope» es en realidad autosustentable porque sus actividades son, o bien derivadas de otras ramificaciones relacionadas con el área de autos en serie o tecnología y servicios afines, o asiste, vende, provee tecnología a otros equipos dentro de la Fórmula Uno o fuera de ella. El caso con Ferrari y McLaren son emblemáticos: La primera es parte de un complejo emporio industrial cada vez mas enraizado en FIAT y ahora Chrysler. Ferrari ofrece además motores a otros equipos con equipos completos de transmisión o sin ella, unidad de control, transmisión (Sauber, Marussia y próximamente Haas) y tiene sus propios circuitos (Fiorano, Misano) así como túnel de viento. McLaren lo propio, fabrica autos de serie exóticos en alianza con Mercedes, y ofrece – provee tecnología a otros equipos (Force India) como también todas las unidades de gestión de control de regulación con sus divisiones McLaren electronics. También tiene su propio túnel de viento y ofrece tecnología a otros ramos de competición.
Por supuesto, no basta la infraestructura sino los resultados. Williams sigue siendo considero un equipo «Tope» porque dominó ampliamente la década de los 90 y ha ganado con frecuencia en los 80, en el 2000 y mas cerca de estos días con los propulsores y sociedades que ha establecido (BMW, Renault). Williams construye y provee a otros sus cajas de cambio y tiene una división de energía híbrida en la que estaba asociada con Porsche (Ya no) además de su túnel de viento propio. El tema para la factoría de Grove es la falta de resultados consistentes y una situación económica que ha oscilado en la preocupación y el resurgimiento.
Se entenderá porqué aún hay reticencia a considerar a Red Bull como un equipo «Tope» algo que puede rondar el absurdo y el natural desprecio que los antes vistos le prodigan a un equipo de un magnate millonario que centra su riqueza en la factoría de bebidas energéticas. El tema con los campeones vigentes es que son los únicos en tener dos equipos (Toro Ross) en la grilla con un concepto «A-B» y han diseminado aguas abajo un excepcional proyecto de escuela de pilotos en los que sus rivales apenas ofrecían programas menores de «Formación, academia y adiestramiento» . Quizás, Red Bull pueda hacer cambiar de manera definitiva el paradígma de «Equipos topes».
Ser «Equipo tope» implica buscar «Pilotos topes» como lo han demostrado todos pero aún así, no es garantía de éxito ni permanencia fija. BMW se asoció a Sauber cuya estructura en Hinwill era lo suficientemente autónoma e inyectó mucho dinero sin poder cristalizar un campeonato del mundo. BMW operaba como un equipo «Tope» al que solo le hacían falta la consolidación de resultados. Toyota y Honda intentaron hacer lo propio sin éxito, Ford con Stewart lo propio luego reconvertidos a Jaguar (Y al final como Red Bull en lo que a sede se refiere) . Renault, abandonó la ostentación de un equipo «Tope» para pasar a convertirse en un suplidor exitoso pero fue absorbido en demasía por las exigencias de Red Bull (Similar en los 90 con Williams) para encontrarse en la encrucijada del abandono de varios equipos tipo «cliente» y tener arrendados en su factoría a Lotus que amenaza con -En su propio feudo- montar motores Mercedes. Quizás, y con la amenaza latente de Red Bull en buscar un socio exclusivo de elevado nivel, se planteen recomprar a Lotus-Genii lo que era su equipo y abrir el grifo de los recursos para pelear de tu a tu con McLaren (Que ya tiene su propia alianza con Honda en don de exclusividad) Ferrari y el mas emblemático del 2015: Mercedes. Los germanos de la estrella conseguirán su ansiado lauro tras la poco fructífera asociación con McLaren, confirmando que son un equipo «Tope» con recursos inagotables y un apetito de figuración notable.
En resumen: Equipos y pilotos topes en tiempos de exorbitantes presupuestos, patrocinios, desafíos y no pocos problemas. Ambas denominaciones requieren de adecuaciones y del abandono de paradigmas para seguir reinando de manera efectiva. Red Bull es un ejemplo perfecto de lo que esto significa.