Han cumplido 40 años en días recientes. Su magnífica historia labrada en los 80 y 90 quedó atrás. La dupla Williams-Head dominó esos tiempos (o buena parte de ellos) con un preciosismo en el manejo de la ingenieria de carreras mas perfeccionista posible. Creó alianzas magníficas con motoristas como Renault y sus monoplazas se erigieron como referencia de tecnologia y competición. Allí quedó aquel portento como lo fue el FW14B, demasiado adelantado para su tiempo. Además, grandes volantes figuraron en sus autos siendo el momento menos feliz en este sentido cuando Ayrton Senna perdió la vida en uno de ellos. De no haber ocurrido, pocos dudan que habría colgado el campeonato. Otro más.
El punto de inflexión empezó en 1997 con su último campeonato con Jacques Villeneuve al mando. Aquel dramático final en Jeréz de 1997 cuando Ferrari y Schumacher intentaron hacerse del botín de manera ortodoxa, tuvo una especie de señal: McLaren ganaría bajo acuerdo con Williams e iniciaba la era de protagonismo de Mercedes. Al tiempo, Renault se apartaba de la Fórmula Uno necesitados de un descanso reflexivo y empujados por la creciente ola de grandes en camino como Ferrari y la ya mencionada alianza anglo germana.
Desde ese entonces, Williams comenzó su descenso. Primero se comprendía por la pérdida de un constructor de valor aliado pero después, empezó a notarse que Sir Frank no tomaba las decisiones que por ejemplo, Ron Dennis si hizo con la expansión de McLaren: La llegada de capitales ingentes a la Fórmula Uno como el proyecto de Ferrari-Shell-Philips Morris que marcaban la tendencia que sería mas tarde consolidada por Briatore con Benetton. La Fórmula Uno resurgía industrialmente tras el dramático fallecimiento de Senna.
Siquiera una alianza poderosa con BMW permitió al plantel de Grove emerger. Las victorias y el protagonismo llegaron pero sin convertirse en serios contendores a la dictadura italiana. Williams; Quería enfrentar a los nuevos conglomerados de poder con honestidad, ferrea disciplina comercial y convicción. Pero inexorable, el tiempo que marcaban las tendencias no perdonaba: Entrabamos en aquel entonces en la Fórmula Uno corporativa. La de los grandes capitales, la del descenso de los artesanos que para sobrevivir necesitarían recurrir a algo mas que sus ahorros: Hacerse auto sustentables (McLaren) o aliarse con grandes emporios. Y habría una tendencia mas compleja aún: La de los constructores que intentarían protagonizar con sus propios esquemas y equipos: Toyota, Honda, Renault y la propia BMW que abandonaría a Sir Frank decepcionada de la ausencia de resultados cúspides y de las dificultades de entendimiento con la parca personalidad de Sir Frank.
20 años después de su último año de gloria, Williams sobrevive. Y siquiera en mala forma. Ha tomado decisiones interesantes como hacerse de participar en el mercado de acciones, ha fichado gente clave como por ejemplo la dirección técnica de Paddy Lowe, y relativamente ha delegado en Claire la dirección del equipo. Sin embargo, las victorias han sido remotas, los podios espaciados y la protección de su erario le ha determinado a fichar pilotos con mucho patrocinio y pocas garantías como el caso actual de Lance Stroll de quién quizás pensaron podría ser un Verstappen pero con el «valor agregado» (que en realidad es el valor principal) de un sustancioso aporte monetario.
Sus autos son buenos, su ingeniería aún tiene buenas nuevas pero su proceder es errático. McLaren -Su némesis en paralelismo- debió implosionar de manera terminante porque luego de tomar decisiones trascendentes llegó a un punto de inefectividad y ahora la eclosión de una nueva era aún esta en pleno suceso para ellos, pero Williams se aferra a la figuración de una estampa en la zona media sin mayores ambiciones de regresar a los del «front». Motorizarse por Mercedes fue una buena movida tras movimientos esquivos con tantos cambios de motores como pudieron ser posibles. Es un asunto de recursos pero principalmente de cambiar la estructura y la mentalidad. Claire o realmente no dirije o heredó el estilo adusto, conservador e inefectivo de su padre (en estos tiempos) La reciente decisión de negociar a Bottas y traer de vuelta a Massa con tantas ofertas de pilotos jóvenes en el mercado es una muestra de la brújula inexacta con la que se manejan las decisiones.
Williams podría recuperar su brillo. Las maneras son importantes. La creación de una escuela de pilotos jóvenes sería por ejemplo una buena decisión. La consolidación de figuras claves para el desarrollo del monoplaza también. La mirada atenta a una alianza en donde haya que ceder para involucrar direcciones ejecutivas a partes igual sería optimo. Si bien el baile en las alturas es de etiqueta aun es fresco el recuerdo de su dominación en una era no tan remota. Y de eso quedan sus espléndidas paradas de boxes en donde silenciosamente dominan los microsegundos que dejan a la vista un poco del perfeccionismo que aun permanece.