Archivo mensual: febrero 2018

Williams FW41: El primero de Paddy

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La Fórmula Uno puede ser un mundo de apellidos y reputaciones en el área técnica. La ingeniería enmarcada en una tecnología de última generación demencialmente costosa, es ejercida por un puñado de lumbreras creativas que van ganando prestigio en la medida que sus decisiones se convierten en velocidad y victorias.

En el caso de Williams Racing, los monoplazas hechos en su ya antigua pero bien concebida y actualizada factoria de Frome, tienen fama de ser distintos: Refinados, tremendamente efectivos en su chásis lo que los hace fáciles de conducir. Sus campeones siempre lo reflejaron como tal.

Por supuesto, no basta con ello. El gran problema para una empresa familiar como la que creó Sir Frank es la auto sustentación y la equiparación con los grandes constructores o grandes emporios de la Fórmula Uno moderna, llámense Ferrari, Mercedes, Renault o Red Bull. Sus capitales generan recursos que aplastan los sueños mas fervientes de figuración. El perfeccionismo de la escuadra inglesa en los 90 quedó allí, detenido en el tiempo y las alianzas en la década del 2000 con BMW no generaron los resultados esperados mas allá de luminosos momentos de éxito pero incomparables a los lauros de las décadas previas.

Pilotos de dudosa reputación amparados por fuerte patrocinio y numerosos propulsores básicamente contratados por convenios y precios accesibles han derivado en un equipo con altas y bajas importantes y una condenatoria presencia en la zona media o en el fondo del pelotón. Sí, cual ave fénix, Williams tuvo entre 2014 y 2016 un resurgir notable solo que los cambios han seguido afectando la dinámica del equipo y las finanzas siguen siendo un punto de inflexión entre el debatir del tiempo pasado y los nuevos esfuerzos que requieren los desafíos actuales.

En el punto «fuerte» del conjunto inglés encontramos a su ya comentada base técnica, la estable relación con un constructor de primera línea y la incorporación de Paddy Lowe como director técnico junto a Dirk De Beer en la dirección de aerodinámica del equipo. Son gente grande, que han formado parte del éxito de monstruos como Mercedes y Ferrari y que encuentran acá posiblemente un poco de olor a nostalgia y libertad pero que carecen de otras cosas como por ejemplo, un buen presupuesto y una plantilla de nóveles brillantes a su disposición. Y allí radica el asunto de fondo.

Claire, la hija de Sir Frank ha probado no haber llegado a la herencia de dirección a innovar o romper paradigmas sino mas bien, a seguir las líneas del genial pero ya desgastado Frank. Los conceptos comerciales de los tiempos pasados dan vueltas en sus decisiones. La prueba es el plantel de pilotos, dos jóvenes talentosos con buen currículo pero salpicados del estigma sangre azul del patrocinio y del aporte a la columna financiera del equipo. Por cierto ahora en su rol de recién estrenada madre, Claire detrás de su expresión contundente quiere convencer de que Stroll y ahora Sirotkin realmente son la mejor elección cuando hasta hace nada la preferencia era al menos «Un volante experimentado» como Massa o Button.

El FW41 desde su primera luz al público luce atrevido en pequeños detalles, refinado y no continuista aunque tampoco radical. El monoplaza 2017 palideció entre cambios sin rumbo y carencia de recursos. Lo duro, es que lo hizo ante la estructura honesta, eficiente y capáz de Force India que usa su mismo motor.

Será interesante entonces conocer como la sangre joven que comanda a Williams puede poner una diferencia en alguna milésima de segundo a favor del monoplaza que promete regresar al conjunto inglés al pináculo. Pero no de las victorias ni campeonatos sino de ocasionales chispazos de figuración y de lucha en la promisora zona media de 2018.

 

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Haas VF18: ¿Cual será el objetivo’

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El último equipo en ingresar a la Formula Uno fue Haas y de esto cuenta ya tres años. Propiedad de un empresario de envergadura norteamericano que además tiene presencia y éxito en la local Nascar, su enfilada hacia otros horizontes mas complejos no dejó de causar sorpresa ¿Cual será su objetivo?

Para ello, Haas organizó un equipo con algunos conocidos dirigentes técnicos y deportivos y otros de su propia trayectoria en el automovilismo en Estados Unidos. Pero mas llamativo aún, ha sido su alianza no explícita pero si fácilmente conocida con Ferrari a quién compra suspensiones, motor y caja además de contar con alguna  licencia de planos y sistemas de funcionamiento del bólido Maranello. Así, tenemos un equipo «Low cost» que en lo único que hasta ahora parece tener identidad es en el fichaje de pilotos en donde permanecen Grosjean y Magnussen bajo decisión propia.

Rumores han corrido desde 2017 que los deseos expansivos de Sergio Marchionne podrían estar recalando en propulsar la marca Maserati aliada a Haas, algo parecido a lo ya confirmado con Alfa Romeo en Sauber. Mientras ocurra o no, el plantel Norteamericano seguirá su ruta pero con un reto aún superior: Sobrevivir en una zona media donde furiosos caimanes de etiqueta se organizan para mejorar de manera rotunda a través de las nuevas alianzas con motores, y las naturales evoluciones que la experiencia y el dinero pueden permitir.

Haas, no ha deslucido en Fórmula Uno, por el contrario si le comparamos con otros esfuerzos de los últimos años con presupuestos baratos -Caterham, Lotus, Marussia- han manejado decorosamente la puesta en marcha de sus bólidos. El verdadero reto y la gran pregunta es ¿Cual es el objetivo? ¿Permanecer en la zona media? ¿Seguir a la sombra de Ferrari? ¿Convertir el proyecto en algo con mayor identidad de USA, aceptando volantes de dicha nacionalidad y convenciendo a futuro a algún constructor? ¿O simplemente reforzar la maquinaria industrial que hace rico a su jefe con el mensaje expansivo de la mercadotécnica en Fórmula Uno? Difícil de contestar.

El conjunto como tal ha resultado homogéneo, salvo los fallos frecuentes de su sistema de frenado que curiosamente recalan en Grosjean. El suizofrancés siempre es veloz pero sensible y quejoso mientras su compañero Magnussen es rudimentario, hosco e inconsistente.

Hay elementos de peso pero la realidad es que el plantel necesita seguir creciendo y no tanto a la sombra de alianzas para ir a la sombra de un constructor. Esta bien tener algún respaldo pero mejor aún, tener identidad y objetivos claros.

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