El TOP TEN de pilotos 2019 y el piloto del año.

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El TOP TEN de pilotos 2019 y el piloto del año.

1)Lewis Hamilton
2)Max Verstappen
3)Charles Leclerc
4)Valtteri Bottas
5)Carlos Sainz
6)Sebastian Vettel
7)Daniil Kvyat
8)Pierre Gasly
9)Daniel Ricciardo
10)Sergio Pérez

El resto

11)Alex Albon
12)Lando Norris
13)George Russell
14)Kimi Raikkonen
15)Nico Hulkenberg
16)Kevin Magnussen
17)Antonio Giovinazzi
18)Lance Stroll
19)Romain Grosjean
20)Robert Kubica

Lewis Hamilton PILOTO DEL AÑO.

Nuevamente Hamilton se posiciona sobre su auto y equipo en su más elevado punto de competitividad para asestar otro título. Evidentemente, los fallos de distintas índoles como los habidos en Ferrari (Asentamiento de estructura, pugna interna de pilotos, mecánica inestable) o Red Bull (Alianza en inicio con Honda, motor no fiable al principio) favorecieron a Mercedes pero aún así, Hamilton se empleó a fondo para sacar esa tesitura que todos conocemos y vencer el reto inicial de su compañero de manera contundente, dejando esparcida muestras de su excepcional clase. El fin de semana de Mónaco, su presión inmisericorde en Canadá, el límite en su patio (Inglaterra) su brutal asedio con victoria en Hungría o su puño de mesa en Japón amén de la sapiencia y madurez que demostró en las pugnas tras el verano (Spa, Monza) o bien cuando falló en Alemania. Lewis, va por el séptimo y solo la juventud y osadía de sus rivales con un material adecuado deben hacer lo posible para sacar la alfombra y desestabilizarle, de lo contrario su cielo no tiene límite.

Max Verstappen

Tres enormes victorias, llenas de pasión, de lucha hasta el último minuto o de dominio sideral, confirman lo que todo sabemos; que es un fuera de serie clamando por el auto correcto.

Su primera gema -Austria- cuando con el auto en el punto adecuado le permitió volverse un ferrocarril para capturar en el último giro a su presa y ganar de manera rutilante.

La segunda, en Alemania, probó su nivel de madurez. Reinó en medio del caos y fue capaz de ser agresivo y al tiempo voluble para superar su ansia por la victoria. Espectacular.

Y el remate de Brasil no ha podido ser mejor. Luchó cuerpo a cuerpo contra titanes y dejó una huella de superioridad en un territorio para grandes hombres.

También, debió digerir los posible buenos momentos que Mónaco o Hungría le negaron. También, aprendió a respetar su rival como ocurrió en Francia (Leclerc) de todo esto, Max tomó una buena lección.

Con su entrega a Honda, Verstappen es la pieza de lujo en Red Bull ambicionada por todos. Compite muy duro dentro y fuera de pista como ha demostrado en los últimos Grandes Premios al cargar contra Ferrari. No tiene complejos. Es una fiera ansiosa de ir a la pista siempre y demostrar que es posiblemente el mejor de su generación. Esperemos que tenga oportunidad inmediata de lograr lo que desea.

Charles Leclerc.

Charles le ha dado la razón al plan Marchionne y todos quienes siempre quisimos que Ferrari se quitara el anacrónico concepto de experiencia, victorias y/o títulos para fichar a un piloto. Desde cuando le increpaba al equipo vía radio en el mismo primer GP del año sobre su velocidad versus la de Vettel, pasando por muchos otros pasajes, Leclerc demostró que no vino a secundar a nadie y que el plan de “aprender” durante el primer año no le iba.

¿Apoyado desde altas esferas? ¿Aprovechó la inercia de la nueva directiva (Binotto)? ¿Arrogante y desafiante en contra del interés supremo? (Equipo) Seguramente. Sin embargo, su impronta es de tal magnitud, que ahora ha puesto en el difícil trance al equipo más ortodoxo de la Fórmula Uno en manejar estos temas de jerarquía e intereses conjuntos o individuales.

Leclerc, ha probado su enorme velocidad y que aprende también muy rápido. Bajo presión, demostró su clase siendo la cátedra máxima en Monza delante de las miles de almas que celebraron a toda fiesta su espectacular victoria.

¿Inmaduro? Seguramente. En Austria frente a Verstappen pecó de confiado. En Rusia frente a Vettel otro tanto. Puedes recopilar distintos pasajes del año en donde no fue de un todo consistente o asertivo pero aún así, su confianza persistente, su frescura al volante y el talante de rebeldía además de su velocidad innata, lo ha convertido en un santiamén en el centro de las miradas para el disfrute de quienes queremos una lucha a tres o cuatro bandas.

Valtteri Bottas

Valtterí, hizo temer a todos, especialmente a Hamilton sobre la reedición de un nuevo “Nico Rosberg” y nos entusiasmó con su energía llena de avena y una seguridad casi arrogante sobre el “nuevo” individuo que vimos aplastando a todos en Australia.

Aunque fue bastante consistente, el finés aún necesita un punto superior de juego si quiere en verdad comprometer no solo a su compañero de equipo sino a la camada de jóvenes que le han eclipsado de manera evidente.

Bottas, tuvo pasajes de molestias físicas e incluso su confesa situación sentimental final que le alejaron posiblemente de un mejor desempeño. Aún así, es indiscutible que ha sido muy fuerte y capaz al punto que el subcampeonato recayó sobre él. Sabe manejar la presión y cuando es su día, es difícil quitarle el pastel de la boca.

Necesita de muchos días consecutivos al máximo. Necesita ser más agresivo, más sorprendente y menos predecible y entonces será un rival muy serio para todos.

Carlos Sainz

El “Smooth operator” de la Fórmula Uno emerge como un valor al que no se puede dejar por fuera tras su espectacular demostración de consistencia y madurez exhibida en este 2019.

No es más el veloz leñador, lleno de ocasionales y rudimentarias maniobras que le perjudicaron en el pasado reciente. También ha crecido, lidera a McLaren en su estado de transformación y para más, parece tanto y más rápido que cuando pertenecía a la escuela de Red Bull o a su tránsito por Renault.

Carlos, será harto interesante de verle progresar y posicionarse en el mercado de pilotos para 2021 como una inesperada pero aún mejor carta de protagonismo al máximo nivel.

Sebastián Vettel

La posición que Vettel le ha tocado padecer dentro de Ferrari ningún campeón la querría. Por ello hablamos de “padecer” . Ahora bien, visto que el tema jerárquico que todos presumen fue “usufructado” con el consentimiento de Ferrari (Deliberado o no) ¿Fue su desempeño el que mejor expone su renuencia a perder su estatus?

No para nosotros.

Vettel estuvo con frecuencia intentando descifrar las prestaciones de su auto, y mas aún, la velocidad de su compañero especialmente en sesiones de clasificación.

Canadá marcó su punto de inflexión con una injusta descalificación. En Singapur volvió con su clásica velocidad y energía, mientras que en Rusia demostró tener muy claro que el mínimo resquicio de debilidad o ingenuidad de su compañero lo devolvería con malicia a la competición.

Frente a la debacle de rendimiento en los últimos compases de la temporada de su auto, Vettel emergió como el faro de credibilidad solo para volver a las andanzas con su atronador error en Brasil para promover un cierre anónimo.

2020 parece un año decisivo en su carrera. Hay consenso, no está cómodo, no encuentra los parámetros de quienes le desafían. Y su compañero de equipo parece, por segunda vez, el factor de desequilibrio que pueden hacerle ceder ante su meta: El primer campeón con Ferrari tras Kimi Raikkonen.

Daniil Kvyat

Dos cosas son muy difíciles en Fórmula Uno: 1) Tener una segunda oportunidad (Sobre todo si sales de la grilla) y 2) Hacerlo bien después de hacerlo. Y sí, el “torpedo” lo ha logrado.

Aunque no ha cambiado un ápice su estilo agresivo, ortodoxo y directo de correr, Daniil, coronó sus esfuerzos en el afortunado pero también bien llevado Gran Premio Alemán con su podio. Y no es el primero de su corta carrera, suma tres y habría que sumar su 7mo lugar en el principado este año como una demostración que tiene días de días en donde es un espectáculo verle correr.

Pierre Gasly

Su espectacular podio en el Gran Premio de Brasil, le ha liberado de la humillación de descender al equipo “B” luego de no dar las notas de rendimiento que se esperaban de él en Red Bull Racing. La tosquedad de Marko, llamándole en pleno verano para anunciarle la decisión, no minó su insistencia para terminar con una buena botija de puntos a fin de año.

Por supuesto, la mala noticia para él es que en Fórmula Uno cuando tienes una referencia de la magnitud de Verstappen estás obligado como mínimo, a seguirle el paso muy cercanamente lo cual no ocurrió. Y si fue por sentir la presión de tal contexto, entonces quedará condenado para equipos medios.

Daniel Ricciardo

Hoy, el eterno sonriente se habrá dado cuenta que tiene unos buenos ahorros tras firmar con Renault pero también un peso importante al luchar contra su auto (Y posiblemente contra su equipo) durante este año.

Sin embargo, pese a que en el debut parecía que padecería la fuerte oposición de Hulkenberg, no demoró en tomar el control del liderazgo del equipo y superarle de manera consistente.

El 4to lugar en Singapur su gema cercana al podio, sus remontadas en Canadá y Japón toda una demostración de sus facultades.

Sergio Pérez

Para Checo, adueñarse con autoridad del equipo del papá de su compañero de equipo, no le ha costado en absoluto.

Diez veces, lease bien DIEZ VECES con un monoplaza incómodo, que en determinados circuitos simplemente no entregaba su potencial, pudo “Checo” introducirse a sangre y fuego en el top ten.

Si algo explica su buena forma y su merecimiento de un equipo mejor, es la manera en cómo recuperó y consiguió un excelente resultado en el Gran Premio Clausura de Abu Dhabi.

UNAS PALABRAS PARA EL RESTO.

Alex Albón, Lando Norris y George Russell han probado que la profesionalización de categorías emergentes, generan muchachos capaces de tomar con madurez y ofreciendo lo mejor de sí -Además de dar espectáculo- y que tienen muy merecido cada uno, su arribo a la Fórmula Uno y el correr para equipos emblemáticos.

Mientras Raikkonen demostró su vigencia -Y que correr bajo menos presión también le favorece detrás de su gélida fachada- Nico Hulkenberg perdió su usual consistencia y fortaleza hasta palidecer con un retiro del que tendrá el amargo sabor de no haber jamás alcanzado un podio, y de que teniendo el auto (Y la motivación adecuada) habría conseguido mucho más en su carrera en Fórmula Uno.

Kevin Magnussen pasó de demostraciones robustas y consistentes al hastío con su monoplaza impredecible y sus maniobras carentes de tacto. Normal en él.

Giovinazzi tuvo dos etapas: La pre y post verano. La primera solo con algunos chispazos de brillo y muchos errores. La segunda con mucho mejor proyección lo cual le habrá valido su permanencia. 2020 tiene aspecto de frontera decisiva para él.

Lance Stroll guardará su “casi” podio en Alemania en la vitrina de los recuerdos junto a aquel suceso cuando si subió en Baku al estrado. Tiene algunos destellos de brillo pero opacados por su conducción nerviosa e insegura.

Grosjean estuvo al borde del retiro definitivo. Puede considerarse afortunado aunque mantiene su velocismo innato intacto.
Kubica simplemente hizo lo que pudo. Misión cumplida, no había espacio para más.

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2019: La gran temporada con un resultado predecible

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Finalizó la temporada 2019 de Fórmula Uno. Su resultado final no marca sorpresa alguna: El equipo dominante vuelve a ganar y su volante insignia ratifica su condición de «Supra» campeón. Fue el plantel mas homogeneo que resistió los retos y se mantuvo unificado en su objetivo. El fallecimiento de uno de sus pilares -Lauda- lejos de minarles mas bien los propulsó a conseguir otro lauro que encuentra explicación en un monoplaza flexible, un equipo técnico y táctico envidiable y lo principal: Recursos, muchos recursos liderados por un volante de élite.

Hasta acá, un «no-aficionado» diría que entonces no valió la pena desvelarse por un largo calendario para obtener mas o menos el mismo resultado de los últimos años. Pero un verdadero amante de la Fórmula Uno que haya evolucionado con la categoría, que haya superado la muerte de Senna, la incapacidad de Schumacher y el retiro de Alonso, podrá concluir que tuvimos un gran año.

Empecemos por un factor no despreciable y es el del éxito inmediato de la alianza Red Bull-Honda. Y es que cuando el constructor japonés bien pudo retirarse de la Fórmula Uno tras el ruidoso fracaso de la alianza con McLaren, el resultado es que han habido podios y victorias al punto que pudieron en un momento dado presionar al segundo lugar aunque finalmente sin éxito. No es cualquier cosa lo que hemos visto máxime, cuando las uniones de esta naturaleza pueden tardar mucho tiempo en «cuajar» y más aún con las dificultades que propone la era híbrida y el antecedente dejado por McLaren.

Hace poco, vimos el enunciado de Honda en donde «garantiza» por un par de años más su compromiso con Red Bull Racing lo que demuestra cuán importante era que esta alianza naciese con éxito. Y lo están logrando.

Ferrari vino a la temporada 2019 también con el sello de la incertidumbre. Maranello había demostrado desde 2017 tener el código para construir un monoplaza tanto y más rápido que el de Mercedes pero las cosas, se temían por los profundos cambios que existieron en la transición del fenecido Marchionne a sus sucesores. La gestión de Binotto y la inédita contratación del primer volante titular en décadas que se recuerde con apenas un año de experiencia y de propia cosecha, sin victorias o podio, hacían prever un año de encaje de piezas en la estructura italiana.

Ferrari finaliza en segundo lugar y desde allí eclosiona un nuevo ganador en sus filas: Charles Leclerc. Desde aquella comunicación radial en Albert Park cuando azuzaba a su equipo para instar a Vettel a ir mas rápido, hasta el incidente cúspide de Interlagos, el monegasco desafió a todos los pronósticos posibles, terminando con 24 unidades delante del tetracampeón alemán, ese que debía llevar en sus hombros la ventaja y el peso de la jerarquía. Se discutirá de muchas maneras pero Vettel fue atropellado por el ímpetu del jóven lo cual no es inédito visto en los últimos tiempos de Fórmula Uno en donde un púber profesionalizado es capáz de ganar incluso de manera precoz cuando se esperaba mas bien un «rodaje» de mayor recorrido. Ocurrió con Hamilton y más recientemente con Verstappen y ahora con Leclerc que desde Bahrein se habría convertido en ganador a no ser por el fallo motor.

Después del verano, Leclerc tomó las esperadas riendas y a nadie le importó en Spa y mucho menos en Monza si los intereses de Ferrari están debajo o al lado del piloto #1. No señor, Monza vivió una épica total y el nuevo héroe fue aplaudido pese a los quejidos de los conservadores que clamaban que «algo no andaba bien en Ferrari»

No todo fue aplausos para Charles y uno de esos momentos fue en Austria cuando Verstappen le propinó una dolorosa derrota y le hizo aprender sobre técnicas de supervivencia. En Rusia, su inocencia y pérdida de virginidad vivió otro tanto al confiar en Vettel.  Sin embargo cuando pisó Inglaterra, Leclerc demostró haber aprendido la lección como lo pudo corroborar el mismo Verstappen en un duelo en donde fue limitado con contundencia o bien Bottas en Monza cuando fue convencido de «Ir por la victoria» consiguiendo la pared maciza del irreverente volante de Ferrari.

Verstappen brilló bien sea ganando o perdiendo. En Hungría, su momento mas crítico para perder en donde mas duele -El último giro- mantuvo la compostura tras un electrizante reto frente a su referencia (Hamilton) mientras que en Austria y Brasil nos regaló su mas pura esencia: Pisar a fondo hasta el final y hacer posible lo que parece imposible.

Haga su excepción con Francia y encontrará entusiasmo en la mayoría de los Grandes Premios, teniendo competición pura y dura, como no, con los argumentos técnicos de estos tiempos: DRS, lucha de compuestos blandos y duros creando ventajas y desventajas no prolijas entre otros factores. Remóntese a la espectacular tensión de la clasificación de Mónaco y luego recuerde la persecución final de Verstappen a Hamilton. Evoque otro tanto en Canadá con Lewis presionando y consiguiendo sacar a Vettel de sus casillas para que este recobre su brillo y gane siendo penado injustamente. Alcance el máximo orgasmo en Alemania cuando por fin la lluvia creó ese caos que tanto anhelabamos y en el que no por casualidad gana Verstappen mientras el drama se empoderó de muchos volantes como Hulkenberg que perdieron la oportunidad de sus vidas allí. Rememore el épico regreso de Vettel al aplauso en Singapur. No ignore la arrancada en Australia con Bottas demostrando que la avena puede obrar milagros…. Hemos tenido mucha acción durante todo el año y lecciones de pilotaje por muchos flancos.

Detrás a los inaccesibles dominantes, McLaren volvió cual ave fenix, inspirada además con Carlos Sainz. El madrileño ha demostrado cuanto mas puede España ofrecer aparte de la nostalgia por un campéon recién retirado. El podio de Interlagos es una clara advertencia de que la gestión Brown-Siedl está afinada y que los británicos seguirán pisando con firmeza los talones siendo referentes plenos en la «Segunda mitad del pelotón» y en franca preparación para la reposición de la alianza con Mercedes para cuando la Fórmula Uno cambie drásticamente: 2021.

¿Novatos? Pues varios y buenos. Albón se ganó su pasaje a Red Bull desde Toro Rosso a punta de velocidad. sabiduria y prudencia. Gasly demostró su talante al brillar en el descenso del cielo al infierno y capturar un magnífico podio en Interlagos. Russell aplastó las intenciones figurativas de Kubica quién con dignidad recorrió su fallido retorno a la Fórmula Uno. Norris demostró especialmente en clasificación su enorme potencial mientras que Giovinazzi tuvo una necesaria mejora tras el verano que le confió la posibilidad de seguir en Alfa Romeo.

Nos quedamos con el gran sabor que la Fórmula Uno tiene esperanza. Que lo que requerimos es mas voluntad y valentía de cambio. Ha sido el mejor año de la era híbrida. Ha sido el año en el que vimos el resurgir de Kvyat, la inmensa persistencia de Checo o el persistente brillo de Ricciardo. También la insistencia inconsistente de Bottas. Fue el año en el que enigmáticamente Stroll casi vuelve a subir al podio. Es el año en el que Raikkonen probó tener fuelle para seguir de largo con nosotros.

¿Perdimos algo? Seguro. Ferrari nos llenó el visor de alquitran con sus métodos de maniobrar el flujo de combustible y la Federación -FIA- timorata al tratar tan delicado tema. También se nos marcha Nico Hulkenberg dejando el amargo sabor de que no tuvo ni suerte ni el auto propicio para demostrar sus dotes.

Mercedes y Hamilton son merecidos campeones. El «Martillo» de la Fórmula Uno sigue tan motivado, talentoso y excéntrico como siempre o como nunca. Va por el record de los siete titulos. Si Ferrari y Red Bull logran poner el ajedrez en su lugar, apostariamos a que 2020 podría ser una temporada épica con Lewis, Max y Leclerc batallando cuales gladiadores a sus máximas posibilidades. Esto, y antes del enorme «reset» que además estará azuzado por las desventuras del mercado de pilotos.

Que así sea.

 

 

 

 

 

 

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Hamilton y Mercedes: El genio y la lampara.

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Lewis Hamilton y Mercedes AMG F1 han alcanzado otro cetro más. Es una combinación mortifera, letal, avasallante. Es el talento y genio por parte del excéntrico inglés y la estructura llena de recursos bien administrados por la gestión de Totto Wolff. Y no, no es la primera vez que vemos esta combinación; Siempre que el mejor piloto es fichado por el mejor equipo -O al menos el equipo que está dispuesto a ponerlo todo en el asador para conseguir sus metas- hay el riesgo que ambos se retroalimenten y se magnifiquen. Ocurre justo ahora.

Si de «Plus» campeones hay que hablar, Alain Prost con sus cuatro títulos y el «chueco» Juan Manuel Fangio, fueron los dos únicos ejemplos de versatilidad y talento sin requerimiento de estruendosas estructuras orientadas a sus capacidades. Eran en definitiva otros tiempos, en el caso del argentino una muestra de arrojo, valentía, humildad y talento devastadores, en el caso del francés un nivel persistente en altura, una versatilidad a prueba en equipos disímiles y un uso técnico y táctico de sus capacidades al máximo nivel.

Pero ¿Qué se puede decir de Schumacher, Vettel y Hamilton? Que no son mejores ni peores sino simplemente distintos. Los tres trabajaron de manera árdua para conseguir victorias, se involucraron al máximo posible en los temas técnicos de sus equipos, y desataron un voraz apetito que los convirtió a cada uno a su manera, en un lider particular. Schumacher, fue un «Jefazo» perfeccionista, un guía con poco de místico y mucho de ambicioso que puso sus exigencias en el ego ferrarista y todo funcionó a la perfección tras largo tiempo madurando el plan. Vettel, le siguió la estela pues era su mentor al fin: A la guía infalible de Adrián Newey y la filosofía pulida de Red Bull Racing, no desperdició oportunidad y asestó cuatro títulos con desparpajo, mucho talento y candidez.

Pero todo cambió. Un buen día de 2013 se decidió que los V6 híbridos llegarían a la palestra. Al tiempo, el asertivo de Niki Lauda había convencido a Hamilton de abandonar su lecho paternal en McLaren, su zona de confort. El austríaco estaba convencido que Lewis valía oro. Mercedes asestó una rotunda comprensión de la nueva era de la Fórmula Uno y Hamilton ha capturado cinco de los seis títulos posibles. Se convirtió en una especie de «Rockstar» y sin tapujos vive una vida excéntrica a la vista tolerante de un equipo no precisamente «rastafari» en su imagen y que año tras año, fue creando un «dream team» donde todos son necesarios pero nadie es indispensable.

¿Significa todo lo anterior que no son pilotos que merecen lo que han conseguido y que en realidad son productos de sus equipos? De ninguna manera. Cada uno ha trabajado de manera incansable y ha decidido muy bien -Al menos mientras estuvieron en la cúspide- aliarse a una zona llena de reto, desafío e incertezas. El resultado ya lo vimos. Lewis podrá incluso igualar y quizás superar a Schumacher. Fresco, motivado e implacable en su accionar, no deja duda que es un gran fenómeno de estos (y de todos) los tiempos en Fórmula Uno. Él es el genio y Mercedes tiene la lampara para complacer sus deseos mientras siga siendo su feudo.

 

 

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Invirtiendo la parrilla y otras ideas

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La Fórmula Uno se apresta a negar el cambio – propuesta en ensayar con «Parrillas invertidas» idea mancomunada de FIA y Liberty Media para sazonar la competencia. En general, los puristas han pegado el grito al cielo y le han encontrado todos los defectos. Poco han debatido sobre el equilibrio de oportunidades, tampoco han analizado si es normal que un Red Bull como la tercera fuerza del campeonato, aplasta a un McLaren en pista como si fuese un auto de una categoría inferior. Lo propio con el campeón Mercedes que pese a propulsar de manera idéntica a un -Por ejemplo- Racing Point, su superioridad incluso con algún inciso que le sumerja en la calle de boxes, le permite recuperar en pocas vueltas el podio y adelantar com si nada a sus rivales de la candente pero ajena zona media. Cual diferencia entre una carrera WEC entre un LMP1 y un LMP2.

La propuesta contemplaba una especie de «Mini carrera» sabatina que permitiría subvertir el orden de la carrera dominical en tres Grandes Premios del Calendario. Desde un inicio los potenciales afectados y sus pilotos -Mercedes y Ferrari- objetaron la intención sin atenuantes.

En la F2 y desde que era GP2, el concepto de parrilla invetida funciona. Y hablamos de monoplazas mucho mas semejantes que en la Fórmula Uno, comparativamente casi estandarizados.

En lo particular, la idea propuesta con la «Mini carrera» no me encaja. Si de mi dependiese llegarían a Australia con la clasificación normal y en adelante, un Gran Premio sí, otro no, la grilla se invertiría respecto a como terminaron el Gran Premio anterior pero… Desde el décimo lugar hacia el primero. De lo contrario, Kubica habría sido unas 10 veces el poleman en 2019 por decir algo.

Seguramente tendrá sus desventajas y lagunas a razonar pero ¿Si por purista no queremos cambios, entonces si es razonable que tres equipos que pueden quintuplicar al resto en presupuesto, sean los únicos que pueden alcanzar podios, victorias y quizás títulos?

Nunca apoyé la senil idea de Ecclestone con el «Medallero» pero la Fórmula Uno debería intentar, probar, experimentar sin tanta búsqueda de consenso.

En el hipismo, el «Handicap» es una manera de sopesar las oportunidades. Ganan los mejores y hablamos de purasangres que por genética y crianza simplemente son mas poderosos. Unos ornamentos obligan a que los equinos se distribuyen de manera que los ejemplares con mayor oportunidad de ganar, lleven mas kilos, que los que en teoría, tienen menos chance de salir ganando. Esto es una idea simple, y creo que viable.

Sí, no volvamos a la Fórmula Uno una feria de mediocres, sí, no volvamos al deporte un azar de garito pero ¿Está bien este desequilibrio? ¿Porqué resignarnos habiendo tantas herramientas para intentar a tal fin?

Con tantos obstáculos, solo les damos a los mas grandes que además te proveen del «Motor» al que nunca le debes desafiar, una cómoda y dominante permanencia y al resto, un sinsentido de participación solo para conseguir las migajas que ellos dejan.

 

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Leclerc: La generación «Z» se afianza

Vettel y Leclerc, durante el Gran Premio de Singapur.

Desde el retorno de vacaciones, Charles Leclerc se ha apropiado de la Fórmula Uno y sobre todo de Ferrari. Incluso perdiendo, su protagonismo sigue creciendo y su carácter forjándose.

Ganar en Bélgica no solamente marcó muchas sensaciones importantes para Ferrari. Con la debacle en Bahrein y Canadá -Lugares en donde por causas distintas debieron celebrar victoria- la ansiedad por romper el celofán de la victoria estaba cernida, máxime, con la apuesta de Red Bull en ir explícitamente por ellos en el segundo lugar del campeonato.

Fue un fin de semana en donde tres seres ausentes (Padre, Bianchi y Huberth) dos de ellos de manera trágica y uno apenas horas antes del Gran Premio, marcaron la emocionalidad del monegasco que se mantuvo firme, estoico y decidido a tomar el botín. Leclerc, ha iniciado su historia de gloria en la Fórmula Uno y nada menos con el equipo más mítico desde siempre.

En Monza, Leclerc explotó. Pero en medio de la vorágine de miles de almas, de las trompetas en Maranello y la emoción generalizada, no se podía pasar por alto las argucias -finas por demás- mostradas en clasificación en donde su compañero habría tomado nota. Además, mantuvo a raya los intentos de Mercedes en declinarle con absoluta seguridad de su papel protagónico para cruzar la meta con los bólidos germanos muy cerca de su estela, frustrados en obtener la presea en suelo enemigo.

Singapur marcó la resolución de Vettel en equilibrar la balanza, pero aún así, la presencia de Charles se dejó sentir de manera notable. Y es que una de las características que distinguen a este chico de la generación «Z» es la autoridad con la que le habla y reclama a nada menos que Ferrari, con firmeza y confianza, con preguntas claves llenas de retórica.

Y finalmente, tenemos este escenario del Gran Premio Ruso. Leclerc, parece haber «pactado» un plan táctico con Vettel que ha sido irrespetado por el tetracampeón, demostrando el nivel de angustia que le generó la pole de su jóven aprendiz que suele dominar desde el mismo viernes hasta la clasificación. Ahora bien ¿Acaso en su creencia del pacto asomó la misma ingenuidad con la que fue abordado por su némesis Verstappen en la última vuelta austriaca? Lo sabremos mas adelante. Charles, ahora tendrá en la mano su «as» bajo la manga con el que debe contestar sacando su lado oscuro si es que de esa forma debemos definirlo. Lo cierto es que junto a Verstappen han probado por donde va la Fórmula Uno en estos tiempos, una revolución vertiginosa de nuevos protagonistas que se convierten en el presente-futuro y que no teme a títulos mundiales dentro o fuera del equipo. Así de crudo.

 

 

 

 

 

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Hungría, vacaciones y lo que hemos visto.

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El Gran Premio de Hungría, tan infravalorado por algunos, cerró el telón de la Fórmula Uno «pre» vacacional para dar paso a una trepidante cadena de sucesos que están por venir. Ya Mercedes no es el único que sabe ganar pero el mensaje ha sido claro «Si quieres desafiarme, tengo mil recursos» 

Lewis Hamilton y Mercedes le dieron un cierre fantástico a la Fórmula Uno antes de que esta se marche de vacaciones. Lo hicieron con un golpe de autoridad, con un golpe de mesa, con una demostración de que sus cinco años de dominio sostenidos no son solo un efecto de recursos y motores. La cosa va mas allá y si no es el piloto o el coche o ambos per se, es el equipo, el preciosismo de la estructura que saca bajo la manga un análisis de primer nivel y sopesa riesgos para finalmente asestar una victoria de órdago como la que hemos visto. En general, nadie creía que podría ocurrir y se concretó con Hamilton desconfiando de la estrategia -Cualquier lo habría hecho- pero concretando un adelantamiento magnífico en la que la otra parte también actuó con inteligencia y madurez. Verstappen y Red Bull, se la jugaron todo el fin de semana mostrando las maravillas del RB15 de Newey y sus evoluciones, dominando cada resquicio posible de hacerlo hasta que al final, debieron conformarse con la segunda plaza. Max, Horner, Newey y compañía saben hoy que la cosa no es tan fácil como parece ser, y que esa escalada de desafíos no siempre tendrá desenlaces como el de Alemania, que de hecho, fue una excepción.

Bottas, tendrá unas vacaciones llenas de inquietud, de azar, de reflexión y tensión. El desafiante «Señor avena» mostrado tan arrogante -Para sorpresa de muchos- en Australia, fue declinando y hoy es amenazado con la intención explícita se ser sustituido por Ocón. Pareciese que Totto Wolff tiene un ego puesto a prueba con Esteban. Ya perdió a Wherlein, ya colocó a Russell en Williams y se previene de la amenaza cierta de Ferrari y Red Bull a futuro. Para este año, los campeonatos seguramente no corren riesgos pero ¿Y para 2020? Al ritmo que va, Red Bull podría ser un enemigo frontal con una alianza ya perfeccionada con Honda y con un Verstappen maduro y en un punto perfecto de sapiencia y talento.

Es por ello, que los toros alados han decidido bajar a Gasly a Toro Rosso y subir a Albón. Quieren madurar y sondear al nóvel volante y en el término del calendario tener una visión mas clara de sus aptitudes y cotejarlas con lo que ya conocen de Kvyat. El objetivo no es el presente -Que sin embargo lo es para tratar de someter a Ferrari por el segundo lugar del campeonato- es mas que todo el futuro inmediato.

Mencionamos a Maranello. En Budapest, nuevamente Vettel fue la carta adecuada pero estuvo incapáz de ir por la victoria o siquiera acercarse a la lucha Verstappen-Hamilton. Leclerc tras su error en Alemania estuvo de bajo perfil en el Hungaroring. El monegasco ya pudo acumular dos victorias en el año, una desperdiciada por el error mecánico en Bahrein, la otra sometida por el atronador adelantamiento de Verstappen en Austria, sin embargo, no hay duda que compromete a Vettel en su protagonismo. Desafiados y superados por Verstappen el ego herido de la gestión de Binotto hace aguas táctica y técnicamente. La inestabilidad es el signo de la gestión de Mattia que no olvidemos que tiene un tilde de «emergencia» debido a la imprevista desaparición de Marchionne.

McLaren se afianza en el 4to lugar en una zona media trepidante. Abren un «gap» interesante y Sainz despega como su principal activo. El madrileño -Otro producto mas de la escuela de Red Bull- prueba su capacidad y madurez. El motor Renault de «1000cv» hace sinergia con el que ellos presumian era el mejor chásis de la grilla. La mala noticia para Woking es que esta casilla será seguramente su tope, ojalá nos equivoquemos. Sino apuestan a un constructor en el futuro cercano, intentar acceder al trípode de los tres primeros dominantes es una escala de inversión y motorización hasta ahora desconocida para ellos que fueron alguna vez uno de los equipos mas ricosy exitosos de la Fórmula Uno. Buen trabajo de Norris pese a algún desvario comprensible en un debutante.

Mencionamos Renault. Hungría fue otra demostración de su terrible inercia. Los pininos vistos en Canadá se desvanecieron en la nada. El desarrollo del RS19 es tan errático como impredecible. Las heridas de lo que no pudo ser en Alemania aún se lamen para cicatrizar. En el Hungaroring no fueron jamás un enemigo de cuidado y debieron serlo. Hulkenberg en una situación tensa y comprometida por las intenciones de repesca a Ocón si Mercedes no lo sube en 2020. En Francia, se apuesta al talento local, a la marca de que el himno de la marsellesa suene algún día por partida doble.

Nos profundizamos en el resto de la grilla, tan parejo como impredecible. Toro Rosso ahora es una amenaza real aunque por la preferencia al equipo matriz, la nueva dupla de pilotos será Kvyat y el retorno de Gasly. El francés debe rápidamente dejar atrás su pobre desempeño que dio pie a su «bajada» del equipo «Premium» y enfocarse en probar su valía en el equipo «B» Lo cual no es algo propiamente sencillo. Esto, podría significar una caída de rendimiento si la psiquis del francés tomase cierto tiempo en recuperar su estabilidad.

A diferencia de ellos, Alfa Romeo con un rendimiento inestable, seguirá intentando explotar mejor su chásis que en algunos circuitos y si hace buenas migas con la interpretación de las gomas, va bastante bien pero en otros simplemente extravía su desarrollo. Raikkonen es el principal aval del plantel italiano mientras que Giovinazzi enseña algunos detalles pero no convence en su rendimiento conjunto. Fortuna para él, Vasseur el director le ha garantizado paciencia y dedicación.

Haas admite que su VF19 es un monoplaza con problemas uno de los cuales, es que no fue diseñado en función de las gomas caprichosas de la actual temporada. Ello explica su rendimiento tan inconsistente. Y para variar la situación de sus pilotos es peculiar tras sus repetidos roces. Pese a ello, Grosjean en Hungría rodó a un respetable nivel y Magnussen -Recién desposado- puede alternar carreras con errores propios como también rendimientos certeros. No son nada populares entre otros pilotos y tocan la puerta algunos que olfatean una situación contractual complicada. Con sus contratos en estado de renovación, cualquier cosa podría pasar.

Racing Point ha estrenado en Alemania un paquete de mejoras que no parece haberse acoplado de manera correcta. Checo Pérez es la punta de lanza pese a al que sorpresa de Stroll en Hockenheim alteró al algoritmo normal del dominio del mexicano. El RP19 no tiene el sello de progresión usual que exhibía Force India pero podría corregir sus maneras para presionar en firme durante el resto de la temporada.

Finalmente tenemos a Williams en el último lugar y sin aspiración a algo distinto. El FW42 es simplemente un auto que necesita recursos para su desarrollo. Russell hizo un trabajo magnánimo en Hungría probando su calidad, Kubica parece resignarse a un año de retorno y marcha. El polaco no encuentra el ritmo y culpar al equipo es la solución mas ordinaria y menos elegante. Poco podría cambiar en Spa para ellos.

 

 

 

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Las grandes heridas que Hockenheim Ring dejó.

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Podríamos hacer la clásica revisión del Gran Premio alemán como corresponde. Una carrera extraordinaria gracias al factor lluvia, y que marca el nuevo referente de una Fórmula Uno que se ha dinamizado mucho y está ofreciéndonos placeres insospechados. Ya sabemos que Verstappen es un fuera de serie que con 5 paradas en pista y un trompo, ha escapado del riesgo con una velocidad y ferocidad magnánimas pero… ¿Y qué de quienes recompensaron inesperadamente? ¿Y qué de quienes perdieron la gran oportunidad?

Daniil Kvyat: Para el «torpedo» la redención ha sido alcanzada al asestar su tercer podio de por vida. Todavía, recordamos cuando fue bajado de Red Bull en Barcelona 2016 cuando escaso en resultados e implicado en una seguidilla de sucesos, incluso había alcanzado el tercer lugar en China. Para su infortunio fue olvidado rápidamente; El sucesor ganó apenas tomó su butaca y ese sucesor es el mismo ganador de este Gran Premio; Max Verstappen.

La victoria de Kvyat tiene además un efecto revulsivo en la academia de Red Bull dados los pobres resultados de Gasly comparativamente al rendimiento sideral de Verstappen que otra vez, es el verdugo. Hay algo más, abre brecha 27 puntos contra 15 de Alex Albón pero valga decir que el tailandés en su año debut le ha superado varias veces y desde el décimo lugar solo fue 2 segundos más lentos que Daniil y luchó determinado contra Hamilton en pista lo que no es poco decir.

Lance Stroll: Recibiendo una enorme tunda desde Sergio Checo Pérez, el canadiense se erige como un príncipe del caos. Llegó a liderar la carrera aunque con menos de una vuelta de aprovechamiento y acarició el podio hasta que su RP19 cedió ante las circunstancias. Escapó del caos con talento y decisión y aunque mordió varías veces el anzuelo, lo soltó rápidamente. Total, que en su corta carrera lleva dos podios con dos autos incapaces de salir de la zona media; Williams (Baku 2016) y ahora Racing Point. Lo mas irónico es que el canadiense, desplega 18 puntos contra 13 de Checo que indudablemente ha sido muy superior lo cual no es poca cosa cuando el dueño del equipo… Es tu padre.
Robert Kubica: Leído desde la indiferencia del suceso en cualquier periódico, alguien podría decir que el polaco sacó su casta de ganador y que el retorno valió la pena, también, que más temprano que tarde, desbancaría al insolente de George Russell.

Pero la verdad, es que Robert estaba en el lugar adecuado y en el momento adecuado además de recibir el beneficio directo de la penalidad a Alfa Romeo.
Kubica, podrá terminar la temporada a salvo pero si acaso no hubiese algún punto para Russell –Lo mas probable dado el pobrísimo rendimiento de Williams- en el resto del calendario, todos sabemos que ha sido una carambola que solo permitirá dinero fresco para el equipo.

Pierre Gasly: Tras un rendimiento bastante decente en los dos últimos Grandes Premios cuando Red Bull le ofreció los reglajes de Verstappen para exprimir al RB15, Gasly nuevamente falló y lo peor, en función de un choque contra un “Primo” de la academia (Albón) que le puso una resistencia enorme en un auto inferior. Esto, no habrá pasado desapercibido cuando el clamor generalizado de quienes siguen las directrices de Marko y Horner es que podría caer en favor de Kvyat e incluso Albón.

Pierre, se ha puesto un peso mayor en sus hombros máxime cuando su referencia directa ha ganado ya dos veces y de una manera determinante y cuando el manejo del programa de desarrollo ya sabemos cómo se define, todo puede cambiar de la noche a la mañana.

Valtteri Bottas: El “Señor avena” se ha quedado sin perspectivas, y fue uno de los que perdió la sindéresis en una sola curva. Para resumir su muy difícil situación en la que explícitamente podría perder su puesto en Mercedes a expensas de Ocón, habría achicado la diferencia con Hamilton en 25 puntos netos, un GAP que siendo hoy de 41 puntos apenas pudo reducirse a solo 16. Realmente para sufrir y no dormir.

Nico Hulkenberg: Como Valtteri, Nico posiblemente pudo acompañarle al mismo bar a tomar Vodka por la deprimente experiencia del “Pudo haber sido”. Llegó a escalar el segundo lugar del podio y cuesta imaginar que mínimo debía ocupar el tercer lugar de Kvyat en esta competencia. Su resultado, delante de su público, le habría granjeado las simpatías necesarias para permanecer en la alineación de que ahora, Renault duda abiertamente. Y para más, significaba que los franceses habrían recortado la brecha cada vez más grande con sus clientes (McLaren) en el campeonato de constructores.

Nico, tendrá presión como nadie en el resto del calendario. El único aliciente es que Ricciardo no terminó aunque por causas ajenas a su voluntad.

Charles Leclerc: Perder el control, la curva de aprendizaje. Leclerc, nuevamente fue muy rápido todo el fin de semana y estableció parámetros claros de que iba a luchar otra vez por la victoria.
Charles en su proceso de maduración, no se le ocurrió otra cosa que cuestionar el asfalto como motivo principal de su cabotaje. Cosas que ocurren y que desnudan la condición de frustración de una carrera que pudo ganar o en el peor de los casos, mantenerse en el podio y en las opciones de campeonato.

Lando Norris: “Baby boomer” desperdició la opción de mantenerse cerca de su némesis –Carlos Sainz- y ahora la diferencia asciende a 26 puntos lo que es bastante decir y que posiblemente será difícil de revertir.

Checo Pérez: El volante de Racing Point es usualmente una de las cartas “seguras” a las que todos apostarían en medio de estas condiciones pero un error temprano –Felizmente admitido sin dilaciones- le sacó de opción y el resultado es que ahora va detrás de su compañero de equipo pese a ser bastante mejor en todo sentido. Al parecer, poco habría influido si bien los puntos eran oro líquido para insertar al equipo de un solo viaje en la lucha de la zona media visto el P4 de Stroll.

Alfa Romeo: Devastador. Los italianos del trébol verde pudieron complicar la existencia incluso de Renault y ponerse en línea directa para pugnar contra McLaren. El detalle acá fue un dato incorrecto de tolerancia en el embrague detectado en la largada de la carrera. Hay apelación pero sabemos que usualmente esto no suele prosperar. Enorme perjuicio.

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