Un domingo húmedo hizo prever que se podría tener una carrera de excepción en Montecarlo, justo, cuando 20 años antes Olivier Panis resolvía una victoria inédita en la carrera con menos autos en meta de la historia de la Formula Uno y bajo una interminable lluvia. Sin embargo, tras ocho largas vueltas detrás de los rigurosos y ancestrales métodos de Charlie Whiting con su salida largada con el coche de seguridad, tendríamos una disputa interesante con poca duda pero sin un resultado propiamente sorprendente: Lewis Hamilton, el mismo que el sábado se autodescartaba de opciones a la victoria, regresaba a lo mas alto del podio lo cual no ocurría desde hace 7 grandes premios si unimos la temporada actual con la pasada (Austin).
La victoria de Hamilton tuvo un baño de fortuna indudable. Y si bien le corresponde el mérito de pisar a fondo al punto que su equipo debió pedirle al líder del mundial y compañero de equipo -Nico Rosberg- que se apartara dado su impetuoso ritmo, no es menos cierto que tuvo dos bendiciones fortuitas. La primera, cuando perdió levemente el control de su auto al ser azuzado por Daniel Ricciardo y saltó la chicane. Muchos, apreciaron como una maniobra propia de merecer una penalización pero el comisariado no lo concedió así. La otra ya mas grotesca, fue cuando su rival directo perdió trece enormes segundos por un grosero error en el segundo repostaje, saliendo detrás de su estela. Ricciardo, probó otra vez que esta en plena facultad de condiciones. La «Pole» del sábado fue una exhibición aunque solo salpicada por los reincidentes problemas en el motor AMG de Hamilton que le limitaron en los últimos segundos de dicha sesión.
Sin el costoso error en el repostaje, Ricciardo habría ganado hasta con comodidad probando el excepcional perfomance del chásis RB12 de Red Bull y además, la potencia mejorada de la última versión del motor Renault rebautizado como TAG Heuer.
El mexicano Sergio «Checo» Pérez dio una nueva demostración de brillo en condiciones adversas al cerrar el podio emergiendo desde la zona media. Con la cercanía de Hulkenberg, Force India llevó un racimo de puntos suficientes para posicionarle en el objetivo planteado: El quinto lugar.
Ferrari contaría solo con Vettel que lo intentó de todas las maneras para terminar fuera del podio. Fernando Alonso confortó a McLaren con una sólida carrera desde el quinto mientras Hulkenberg arrebataba al final la posición a un Rosberg desconocido. Pese a sus tres victorias al hilo en «casa» Nico se mostró perplejo por no poder desarrollar el ritmo en condiciones inestables. Parecía simplemente querer que todo terminara, cuanto antes, mejor.
Visto en perspectiva; El mundial sigue tomando cuerpo y calor. Si en Barcelona Red Bull recogió todo tipo de admiraciones canalizadas por el «super» prospecto Verstappen, en Mónaco, el holandés ha probado su tesitura humana al pegarse en las barreras sin atenuantes en lo que es un adoso a su aprendizaje necesario. Ricciardo, no dudó en criticar dura y públicamente al equipo que sin excusas, ha admitido su caída sumada a la planificación táctica que también perjudicó al de las antípodas en el episodio de Montmeló.
Mientras, en Mercedes Lewis podría iniciar una remontada emocional en la búsqueda del título y Rosberg tendrá la presión en advenimiento. Tomando en cuenta que Canadá es un circuito que también sienta muy bien a Red Bull y que allí se promete otra evolución del propulsor francés, todo indica que la lucha -sin menosprecio de Ferrari- seguirá tomando niveles de alta tensión. Bienvenida sea.
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